miércoles, 29 de diciembre de 2010

Feliz Año Nuevo - 1928 -



[Poia, 1928]
Carissimi figli
cometterei un grandissimo errore lasiar passare questi giorni senza inviarvi i miei più sentiti e sinceri auguri.
Buon hanno miei cari, sperando che l'aurora nuova vi porta mile benedizioni e di allegrie infinite.
Sto bene sperando anche di voi su di core vi desidero. Vi saluto caramente, vostra madre
Maria Ferrari.
Vi rincrazio tanto dei vostri auguri.
Saluti a tutti di famiglia.

Queridísimos hijos
cometería un grandísimo error si dejara pasar estos días sin enviarles mis más sentidos y sinceros augurios. Queridos míos, buen año, esperando que la aurora nueva les traiga miles de bendiciones e alegrías infinitas. Estoy bien, y espero que ustedes también, de corazón les deseo.
Los saludo con tanto cariño, vuestra madre,
María Ferrari.
Les agradezco tanto sus augurios. Saludos a toda la familia.


Tarjeta recibida en Bahía Blanca por Camilo Ferrari y Emma Battaia a fines de 1928.
María era la segunda mujer de Aniceto Ferrari y fue quien le prestó a Camilo el dinero para su viaje a la Argentina en 1924.
Aniceto murió pronto.
Ella nunca tuvo hijos.


lunes, 20 de diciembre de 2010

La casa de Marter, al volver de Praga


- ¿Cómo era tu casa en Marter?

- ¿Mi casa? Una casa de altos, hay de dos pisos, hay de más, la mía era de dos,abajo era como quien dice, establo,como un depósito, y arriba la familia; todavía nació mi abuelo ahí, así que se puede imaginar, pero de cuatro aguas; grande, fue estropeada durante la guerra, bastante.

- Tenía cuatro, por ahí,cuatro años
- ¿Durante la guerra?
- Durante la guerra, en Checoslovaquia, cerca de Praga. El gobierno pasaba una subvención
- El gobierno austríaco debía ser ese...

- Y aquí, cuando volvieron?
- Un desastre, un desastre, bombardedada, el techo medio roto; pero el gobierno también se encargo de poner la ventana... el gobierno italiano, eh.

Que las casas de esos pueblos del Trentino, y en particular en la Valsugana eran, a principios de siglo XX, tal como describe Fortunata la suya, es algo que más o menos sabemos; es más, podríamos reconocer en esa, básicamente, la casa de muchos de nuestros parientes trentinos. Pero, ¿cómo es eso que fueron a parar cerca de Praga, durante la primera guerra? ¿Qué fue de Fortunata y su familia durante esos cuatro años como "profugos"? y ¿Por qué, si ellos no estaban ahí, sus casas fueron destruidas con tanta saña?

Veamos.

El Trentino, desde 1815 formaba parte del imperio austríaco. Cuando Italia declara la guerra a los Imperios Centrales, en mayo de 1915, se especula que la zona de la Valsugana se va convertir en "zona de guerra". Las autoridades imperiales inician entonces la evacuación de la población civil de varios pueblos de la Valsugana hacia el interior del imperio. Miles de trentinos Flüchtlinge, "prófugos" como los denominan en ese momento son llevados en trenes oficiales hacia las regiones de Bohemia, Moravia, Austria, y Hungría.

Sobre la estadía en Praga, Fortunata cuenta -fuera de cámara-:
Vivíamos en Praga con mi hermana mayor, mi hermano y mi mama; cada familia tenía su destino, entre 1915 y 1918; tenía dos cuando nos fuimos, seis cuando volvimos; el papa se había venido a la Argentina y nunca mas hubo noticias de él; la mamá Clementina, tuvo que apechugar con todo, con los suegros, que eran viejitos, mi abuela, y una hermana que falleció durante la guerra, en Praga, en un hospital en Praga, -que es la madre de la que está en Rio Negro; y de comida? papas, pasaban la subvención, pero...

Y ¿qué paso, entonces con las casas?
Algunos pueblitos de la Valsugana occidental-ya completamente evacuados- quedan a disposición de las fuerzas austríacas; a los de la Valsugana oriental llegan soldados del ejército italiano; y en el medio quedan Marter y Roncegno, abandonados ya por las fuerzas austríacas, pero aún no ocupados por los italianos. Hasta ahí llegan patrullas de inspección imperial, hasta ahí llegan patrullas de exploración del ejército italiano. Tierra de nadie, los dos pueblos y sus comunidades son un obstáculo tanto para los italianos (que se niegan a disparar contra población civil, aunque sospechan -con razón- que esas casas son usadas por los enemigos para esconderse y tender emboscadas), como para los austríacos (que no pueden defenderlos, pero tampoco quieren abandonarlos porque temen dejar todas esas casas intactas a disposición de futuros ocupantes).

Por eso la medida drástica: la poca población civil que queda es obligada a marcharse, y el 31 de agosto de 1915 los austríacos inician el bombardeo sobre Marter y Roncegno con "proyectiles líquidos especiales", que provocan inmediatamente un pavoroso incendio: 46 casas quedan completamente destruidas en esos días, y el espléndido centro termal de Roncegno, reducido a un montón de ruinas y escombros ennegrecidos por el fuego. Desde ese día, Marter y Roncegno, totalmente despobladas, son refugio, botín, escondrijo de todos. Al final de la guerra unas 300 casas quedan totalmente destruidas.

Cuando los "profugos" regresan a sus casas, en 1918, no encuentran ahí, más que ruinas.

También Emilia Pallaoro y su familia, de Marter, fueron "internados", y vivieron en Praga durante la primera guerra. (ya contaremos sobre ella). De Roncegno Terme vinieron  Germano y Bruno De Bortoli.

Estas notas sobre la historia de Marter y Roncegno durante la primera guerra están tomadas de acá, y del libro Gli ultimi duecento anni, Collana di Monografie "La Patria d'origine", PAT, 1994, p 110-118.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Las tres estrellas



Si los trentinos de Bahía Blanca se juntaron en el Círculo, en 1989 y lo siguieron haciendo durante estos veinte años, atravesando entusiasmo, crisis, problemas, fallecimientos, crecimientos, emprendimientos y fiestas varias, es gracias a estas dos señoras: Marta García, la esposa de Francisco Nardelli (padre) y Sara Dolly Díaz, la viuda del tan lamentado Mario Grosselli.
Sara y Mario hicieron un minucioso trabajo de visitas, llamados telefónicos, invitaciones, contactando gente que no se conocía entre sí, haciendo que algunos se enteren del origen de sus familias, y generando un fuerte vínculo de afecto y simpatía entre todos.
Durante años en la casa de Marta nos reunimos para nuestras clases de italiano, comimos tantas de sus tortas espectaculares, y nos hicimos amigas entrañables (porque digamos la verdad, fuimos nosotras, las mujeres, las que mantuvimos durante mucho tiempo la regularidad de los encuentros y el contacto); y luego cuando el círculo tomó nuevos bríos, fue en su casa que se desarrollaron, muchísimas veces, tantas reuniones fundamentales, y ella recibiéndonos y agasajándonos a todos, con su generosa hospitalidad.
 

Lo que somos no lo llevamos en la sangre sino en las experiencias y en la historia compartida.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Jorge Steck, herrero

Foto: Ferrowhite - Archivo De Simón



Esta foto es de 1954, está tomada en el Club Ferroviario y están allí reunidos jefes, personal administrativo y capataces de los Talleres ferroviarios Bahía Blanca Noroeste. En el centro de la imagen y de camisa oscura está sentado Jorge Steck.
Jorge nació el 10 de marzo de 1904 en Romagnano; pero lo encontramos ya con 19 años desempeñándose (por tres meses) como herrero de talleres Noroeste. En enero del 24 sale, pero vuelve a reincorporarse al ferrocarril en 1929, y llega a encargado de la sección herrería en 1946 y finalmente a capataz, en 1952, puesto que ocupa hasta su jubilación en 1955. Como herrero (y antifascista) aparece fichado también en los registros del Casellario Politico Centrale.

¿Dónde vivió en Bahía Blanca? ¿Cuándo falleció? Estos datos sería muy bueno encontrarlos.